Para muchos el significado de juventud es rumba, trago, sexo y por que no una probadita de algún tipo de droga que encuentren en una esquina de mala muerte. Hoy, como la mayoría de la mañanas comencé a leer el periódico y sentí un dolor en el alma cuando vi, el numero de jóvenes muertos por causa del alcohol y de accidentes sin sentido, tan solo en el 2.005, hablamos de 989 aproximadamente.
Eso me hizo recordar que hace un tiempo cuando era muy joven, yo también compartí ese gusto e hice muchas cosas que la gente que me conoces ni siquiera se imagina, hasta que llego una noche en la que mi vida tuvo un giro, que me hizo despertar.
Un viernes, como cualquier otro con la única diferencia que era quincena y con prima, pase por la casa de uno de los hombres que mas he amado en la vida, con la firme intención de irme de rumba con el, pues éramos jóvenes y teníamos que aprovechar, vivir la vida como dicen por ahí. Que sorpresa me lleve cuando al llegar a casa mi hermano abrió la puerta y sin saber como darme una mala noticia, solo me miro a la cara y me dijo que ese hombre había muerto.
En ese momento fue tan grande, tan fuerte pero a la vez tan inaceptable mi dolor, que no lo único que hice fue entrar a la cocina de mi casa y con urgencia buscar algo de comer, como si eso me ayudara a despertar de un sueño que no quería soñar. Pero de nada valió, al siguiente día ese sábado inolvidable tendría que enfrentarme a mi triste verdad, al entrar en esa sala de velación, fría, vacía y llena de emociones encontradas sentidas por todos los allí presentes, pero con el miedo a expresarlas.
Me acerque a la ventana una vez mas, como era costumbre en esa clase de eventos, solamente que ahora ya no estaba mi compañero de travesía y me tocaría enfrentarlo a mi sola, una lagrima rodó por mi cara, al pensar que ese día, ese momento seria la ultima vez que lo sentiría a mi lado, que vería su rostro, pero mas dolor sentí al saber que su sonrisa se había apagado para siempre, sin que yo una simple mortal pudiese hacer algo. Levante mi mirada y con frialdad, pero a la vez con un sentimiento de ahogo por el dolor de mi alma y mi corazón le pregunte a Dios por que?, por que a mi?, por que el?, por que mi familia tendría que pasar por un dolor tan enorme?, por que permitió una muerte tan dura para el?
Al instante entro en la sala un hombre, con un brazo roto y sin poder caminar bien, lentamente se acerco al féretro que estaba en medio de la sala, a medida que él se acercaba mi corazón latía mas fuerte y mas seguido, de repente este hombre abrió su boca y nos hizo saber cuanto sentía nuestra perdida, nos contó como él era el que manejaba ese automóvil que termino con la vida de mi primo, nos contó como milagrosamente él y la otra mujer que viajaba con ellos se salvaron, allí con una ira indescriptible, insostenible pensé, que es esto? Todos se salvaron menos mi primo?, vaya Dios en el que he creído.
De repente comenzaron los comentarios de los allí presentes, acerca de la mujer que iba con ello, una niña llena de vida que en ese momento se encontraba en coma y que así duro por 2 meses aproximadamente, pero al despertar ya no era la misma, de una forma inexplicable se levanto siendo una niña de mas o menos 2 años, sin saber hablar, sin valerse por si misma, pero con toda la intención de olvidar un pasado que le hacia daño, a la fecha cinco años después de la muerte de mi primo, esta mujer continua recuperándose, luchando día a día por tener una vida medianamente normal, pero con la seguridad de que nunca olvidara ese fin de semana que partió su vida en dos.
Tendría que pasar mucho tiempo, para que esta mortal comprendiera que esto no fue obra de Dios, sino de la imprudencia del hombre, por que aprender hasta que punto llegan sus limitaciones y si Dios decidió llevárselo, por que fue tanto su amor por i y por mi familia, que prefiero darnos ese dolor y no permitir verlo en un estado deplorable por el resto de su vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario