viernes, septiembre 29, 2006

MOMENTOS EN LA VIDA

Hay momentos en la vida, en que hechas tanto de menos a alguien, que te dan ganas de sacarlos de tus sueños y darles un abrazo de verdad.

Cuando una puerta se cierra, otra se abre; pero hay veces que nos quedamos tanto tiempo mirando una cerrada que no nos deja ver todas las demás que si están abiertas para nosotros.

No te guíes solo por las apariencias, pueden engañarte.

No busques la riqueza incluso eso se desvanece.

Ve por aquella persona que te haga sonreír, basta una sonrisa para que se haga la luz en un día oscuro.

Encuentra esa persona que haga sonreír tu corazón.

Sueña con lo que quieras soñar.

Ve a donde quieras ir, se lo quieras ser.

Solo tienes una vida y una oportunidad, para hacer todo aquello que tu quieras y que te propongas.

Espero que tengas suficiente felicidad, para hacerte dulce, suficientes pruebas para hacer fuerte, suficientes tristezas para seguir siendo humano, suficiente esperanza para hacerte y ser feliz.

El más feliz no es necesariamente el que tiene “lo mejor de todo”, sino el que sabe sacar lo mejor de todo lo que se le cruza en el camino.

Un brillante futuro siempre se basara en un pasado olvidado, no podrás ir hacia delante hasta que no tires fracasos y penas pasada atrás.

Cuando naciste tu llorabas y los demás sonreían. Vive t vida de tal manera que cuando se termine tu estés sonriendo

Solo Falta que lo Feliciten!




He vivido, cosas patéticas en mi vida, pero como esto nunca!.

No puedo creer que hoy, el mundo entero comprueba que un sacerdote fue capaz de violar unos jovencitos hace muchos años y aun así la iglesia los protege los cubre, pretende que todo quede en silencio, que nadie se asombre.

O acaso como se nos puede explicar, que aun conociendo la gravedad de la situación simplemente fueron trasladados a Estados Unidos, dizque a tomar cursos de psicología, por favor que falta de respeto.

Resulta macabro, escuchar la triste confesión de este dizque sacerdote, en la que sin ninguna culpa cuenta, la forma absurda en la que lo hizo, ahora me pregunto en que cabeza cabe, el que un hombre de Dios, abuse de esta manera tan brutal de un par de niños de 14 años o menos?, obligándolos no solo a dejarse tocar sus partes intimas, sino que también fueron sometidos a practicar sexo oral y como si fuera poco a que compartieran con el aberrado sacerdote, su gran colección de fotos pornográficas.

Que por cierto, sin ninguna clase de pudor, este hombre acepta que todas las fotos que dicha colección contiene son de su autoría.

Ahora pregúntense, por que los jóvenes no quieren creer en Dios, por que ya no asisten a los servicios religiosos o por que la gente se esta alejando de la religión católica, por que no queremos voltear la mirada a buscar un camino justo, si con esta clase de ejemplos, no podemos arriesgarnos a confiar la vida de nuestros hijos o hijas en manos de un sacerdote así.

En otro momento podríamos decir, que esto lo resuelva la justicia, pero de hecho tenemos en claro que esto no pasara, por que lo que ha hecho este sacerdote no es humano.

Ahora no puedo negar que me siento herida en lo profundo de mi corazón y de mi ser, pues soy mujer enamorada de Dios y de sus maravillas y me duele ver, como este hombre es capaz de aprovechar su posición para dar tan mal uso a la autoridad que se le dio.

Se y soy consiente que la justicia Colombiana, no alcanzará a hacer lo justo, pero también se, que existe una justicia divina y esto, no se quedara impune por que en algún momento de la vida le será demandado todo el daño que este súper sacerdote ha hecho.

jueves, septiembre 28, 2006

El Pan de Cristo




El siguiente es el relato de un hombre llamado Víctor. Al cabo de meses de encontrarse sin trabajo, se vio obligado a recurrir a la mendicidad para sobrevivir, cosa que detestaba profundamente.
Una fría tarde de invierno se encontraba en las inmediaciones de un club privado cuando observó a un hombre y su esposa que entraban al mismo.
Víctor le pedía al hombre unas monedas para poder comprarse algo de comer. Lo siento, amigo, pero no tengo nada de cambio -replicó éste.
La mujer, que oyó la conversación, preguntó: ¿Qué quería ese pobre hombre?
Dinero para una comida. Dijo que tenía hambre -respondió su marido.
Lorenzo, no podemos entrar a comer una comida suntuosa que no necesitamos y ¡Dejar a un hombre hambriento aquí afuera!
¡Hoy en día hay un mendigo en cada esquina! Seguro que quiere el dinero para beber.
¡Yo tengo un poco de cambio! Le daré algo. Aunque Víctor estaba de espaldas a ellos, oyó todo lo que dijeron.
Avergonzado, quería alejarse corriendo de allí, pero en ese momento oyó la amable voz de la mujer que le decía: Aquí tiene unas monedas. Consígase algo de comer. Aunque la situación está difícil, no pierda las esperanzas. En alguna parte hay un empleo para usted. Espero que pronto lo encuentre.
¡Muchas gracias, señora! Me ha dado usted ocasión de comenzar de nuevo y me ha ayudado a cobrar ánimo. Jamás olvidaré su gentileza.
Estará usted comiendo el pan de Cristo. Compártalo -dijo ella con una cálida sonrisa dirigida más bien a un hombre y no a un mendigo.
Víctor sintió como si una descarga eléctrica le recorriera el cuerpo. Encontró un lugar barato donde comer, gastó la mitad de lo que la señora le haba dado y resolvía guardar lo que le sobraba para otro día.
Comerá el pan de Cristo dos días. Una vez más, aquella descarga eléctrica corría por su interior. ¡El pan de Cristo!
¡Un momento! -pensó-. No puedo guardarme el pan de Cristo solamente para mí mismo. Le parecía estar escuchando el eco de un viejo himno que había aprendido en la escuela dominical. En ese momento pasó a su lado un anciano.
Quizás ese pobre anciano tenga hambre -pensó-. Tengo que compartir el pan de Cristo.
Oiga -exclamó Víctor-. ¿Le gustaría entrar y comerse una buena comida? El viejo se dio vuelta y lo miró con descreimiento. ¿Habla usted en serio, amigo? El hombre no daba crédito a su buena fortuna hasta que se sentó a una mesa cubierta con un hule y le pusieron delante un plato de guiso caliente.
Durante la cena, Víctor notó que el hombre envolvía un pedazo de pan en su servilleta de papel.
¿Está guardando un poco para mañana? -le preguntó. No, no. Es que hay un chico que conozco por donde suelo frecuentar. La ha pasado mal últimamente y estaba llorando cuando lo dejé. Tenía hambre. Le voy a llevar el pan.
El pan de Cristo. Recordó nuevamente las palabras de la mujer y tuvo la extraña sensación de que había un tercer Convidado sentado a aquella mesa.
A lo lejos las campanas de una iglesia parecían entonar a los dos el viejo himno que le había sonado antes en la cabeza.
Los dos hombres llevaron el pan al niño hambriento, que comenzó a engullírselo. De golpe se detuvo y llamó a un perro, un perro perdido y asustado.
Aquí tienes, perrito. Te doy la mitad -dijo el niño. El pan de Cristo. Alcanzará también para el hermano cuadrúpedo.
El niño había cambiado totalmente de semblante. Se puso de pie y comenzó a vender el periódico con entusiasmo.
Hasta luego -dijo Víctor al viejo-. En alguna parte hay un empleo para usted. Pronto dará con el. No desespere. ¿Sabe? -su voz se tornó en un susurró-. Esto que hemos comido es el pan de Cristo.
Una señora me lo dijo cuando me dio aquellas monedas para comprarlo. El futuro nos deparará algo bueno!
Al alejarse el viejo, Víctor se dio vuelta y se encontró con el perro que le olfateaba la pierna.
Se agachó para acariciarlo y descubrió que tenía un collar que llevaba grabado el nombre del dueño. Víctor recorrió el largo camino hasta la casa del dueño del perro y llamó a la puerta. Al salir éste y ver que había encontrado a su perro, se puso contentísimo.
De golpe la expresión de su rostro se tornó seria. Estaba por reprocharle a Víctor que seguramente había robado el perro para cobrar la recompensa, pero no lo hizo. Víctor ostentaba un cierto aire de dignidad que lo detuvo.
En cambio dijo: En el periódico vespertino de ayer ofrecí una recompensa. ¡Aquí tiene!
Víctor miró el billete medio aturdido. -No puedo aceptarlo –dijo quedamente-. Solo quería hacerle un bien al perro.
Téngalo! Para mi lo que usted hizo vale mucho más que eso. Le interesará un empleo? Venga a mi oficina mañana. Me hace mucha falta una persona íntegra como usted.
Al volver a emprender Víctor la caminata por la avenida, aquel viejo himno que recordaba de su niñez volvió a sonarle en el alma.
Se titulaba "Parte el Pan de Vida"...
"NO OS CANSEIS DE DAR, PERO NO DEIS LAS SOBRAS, DAD HASTA SENTIRLO, HASTA QUE DUELA".
QUE EL SEÑOR NOS CONCEDA LA GRACIA DE TOMAR NUESTRA CRUZ Y SEGUIRLO, AUNQUE DUELA"
AHORA, SI LO DESEAS, COMPARTE ESTO CON LOS DEMAS... EL PAN DE CRISTO.....YO YA LO HICE. ESPERO QUE SIRVA DE ALGO EN TU VIDA.

Recibi Flores Hoy


Tuvimos nuestro primer disgusto anoche y él dijo
muchas cosas crueles que en verdad me ofendieron.
Pero sé que está arrepentido y no las dijo en serio,
porque él me mandó flores hoy.

Anoche me lanzó contra la pared y comenzó a golpearme.
Parecía una pesadilla, pero de las pesadillas despiertas
y sabes que no es real. Me levanté esta mañana dolorida
y con golpes en
todos lados...



Anoche volvió a golpearme y amenazó con matarme.
Ni el maquillaje o las mangas largas podían esconder
las cortadas y golpes que me ocasionó esta vez.
No pude ir al trabajo hoy, porque no quería que
se dieran cuenta.





Anoche el me volvió a golpear, pero esta vez fue mucho peor.
Si logro dejarlo, ¿qué voy a hacer? ¿Cómo podría yo
sola sacar adelante a los niños? ¿Qué pasará si nos
falta el dinero?. ¡Le tengo tanto miedo!. Pero dependo
tanto de él que temo dejarlo.



Hoy es un día muy especial: Es el día de mi funeral.
Anoche por fin logró matarme. Me golpeó hasta morir.
Si por lo menos hubiera tenido el valor y la fortaleza
de dejarlo .... Si hubiera aceptado la ayuda
profesional ... Si se lo hubiera hecho saber a
todas mis amistades...
¡¡¡Hoy no hubiera recibido flores!!!